Durante las vacaciones y el verano, el cabello está expuesto, principalmente, a tres agresiones externas que son las responsables de que pierda sus propiedades y sus niveles de hidratación: la sal y el cloro, el sol y el oxígeno.
Por un lado, el cloro y la sal abren la cutícula del cabello de manera que pierde su protección natural. Como consecuencia, se vuelve mucho más vulnerable. Por su parte, el sol es el responsable de que el cabello se expanda y se dilate, con lo que se vuelve mucho más sensible.
Por último, la acción del oxígeno, combinada con la de los otros elementos, puede causar una pérdida de la textura y del color original del cabello.
¿Cómo recuperar la hidratación?
Primero de todo, dependerá de lo que se haya expuesto el cabello al sol, mar, piscinas, aire libre, etc, y de la protección que se le haya dado. Si ésta ha sido la correcta, el tratamiento de recuperación será el adecuado a cada tipo de cabello: un protocolo hidratante regular.
En cambio, si el cabello ha sufrido los efectos del verano, apenas se ha protegido, y ha quedado perjudicado, conviene realizar un protocolo específico, altamente hidratante y con productos ricos en glicerina, glucosa y fructosa, para que recupere toda la nutrición y para que su aspecto vuelva a ser el de un cabello sano.
También son recomendables los tratamientos ricos en proteínas para reconstruir la fibra y péptidos para anclarlas dentro del cabello. Será suficiente con seguir esta pauta durante unas semanas para recuperar la salud y el estado óptimo del cabello.
Activos altamente hidratantes
Para una hidratación extra del cabello, lo ideal es tratar el cabello con productos que contengan glycerina, fructosa y glucosa que, combinados con queratina hidrolizada, hidratan y refuerzan la fibra capilar. También con activos naturales, como el aloe vera, algas, salvia, germen de trigo, manteca de karité y aminoácidos de seda. Para cabellos más finos, el bambú, el ginseng, el mango y la vitamina B3 son los ideales para recuperar la hidratación.
Servicios para recuperar el cabello
Lo primero y fundamental es analizar el cabello para determinar el nivel del tratamiento, si debe ser profundo o a nivel externo. También para saber si hay que retocar el corte y el color.
Dependiendo del resultado, se iniciará un protocolo más profundo o más superficial. En caso de precisar el primero, el ritual a seguir es, primero, lavar el cabello con un champú que hidrate en profundidad. Se corta el cabello si es necesario, de manera que se saneen las puntas y, además, se refresca el estilo. A continuación, se aplica una mascarilla reparadora muy hidratante y se deja actuar intensamente durante 8-10 minutos. Finalmente, se aclara suavemente y se seca el cabello.
Para seguir con el tratamiento en casa, la acción del champú es esencial. Debe ser nutritivo y aplicarlo con la frecuencia que el profesional determine. Este paso no puede faltar en cualquier ritual de hidratación, además acompañado de una mascarilla para reponer la elasticidad y la suavidad del cabello.
Otro de los servicios eficaces para restaurar los niveles de hidratación del cabello es realizar un servicio de queratina. La fuerza hidratante y nutritiva de la queratina, sellada en el cabello con las herramientas de calor, es altamente eficaz porque los resultados se alargan durante varios lavados.
Resultado
El cabello hidratado después del verano se muestra más flotante, ligero y fresco y se prepara para las próximas estaciones, más frescas y húmedas.
Información: Luis Pérez, Director de Educación de Wella Professionals
